Anna, de nuestro departamento de marketing, es una persona a la que le gusta la aventura, disfrutar de la naturaleza y vivir experiencias. Hace poco nos comentó que ella había realizado el Camino del Norte, y aprovechando que la tenemos cerca, le hemos hecho una pequeña entrevista donde nos cuenta su experiencia personal realizando este Camino tan especial.
Explícanos un poco qué es el Camino de Santiago y el significado que tiene.
El Camino es diferente para cada persona. Hablar de eso es un tema recurrente durante el Camino, la gente te pregunta y tú preguntas. Algunos lo hacen porque les gusta la idea de ‘peregrinaje’, con un destino a conseguir y avanzando cada día con lo mínimo necesario. Muchos jóvenes lo hacen como parte de un año sabático, para despejarse antes de encarar una nueva etapa de su vida. Otros porque buscan respuestas, y algunos las consiguen.
¿Sabías lo que significaba hacer el Camino previo al viaje?
Sabía un poco de las diferentes razones por las que la gente lo hace, y sabía que la parte religiosa es minoritaria en estos días. Yo iba si una idea, quería simplemente experimentarlo, tanto física como psíquicamente.
¿Qué Camino hiciste? ¿Fuiste sola?
Hice el Camino del Norte caminando, desde Irún, frontera con Francia, hasta Unquera, primer pueblo de Asturias.
Sí, lo hice sola, y en un par de días ya me sentí acompañada por los otros peregrinos. Tanto si quieres socializar como si prefieres la soledad, se respeta. Hice un par de amigos y tuve buena conexión con otra gente.
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"Con unos caminas un rato o compartes un café por la tarde. Con otros quedas para desayunar y hace una ruta entera. Y con otros quedas fuera del Camino, viajando a su país o recibiéndolos en casa porque se han convertido en amigos."
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¿En qué época hiciste el Camino del Norte?
Hice el Camino del Norte entre septiembre y octubre. Tuve mucha suerte con el tiempo, ya que durante dos semanas solo llovió 1 o 2 días. El año creo que también fue acertado (2016). He oído que ahora hay muchos más peregrinos y cuesta más encontrar plaza en los albergues del Camino.
Cuéntanos tu experiencia en el Camino ¿Te pareció duro o fácil?
¿Físicamente?, Sí.
Entrené un poco antes de empezar. Entrenar significó caminar un poco más de lo normal, no me lo trabajé mucho. Lo hice también para usar las botas de montaña y moldearlas. El peso de la mochila es lo que más costó, ya que no es algo que se haga habitualmente, pero a los 4 días ya noté que la espalda no se cargaba, se quitaban las agujetas y el cuerpo se acostumbraba a los km diarios.
¿Cuántos días recomiendas como mínimo para hacer el Camino?
Yo estuve 16 días en el Camino, y me gustó cómo el cuerpo se iba acostumbrando poco a poco a la rutina de desayunar y caminar con la mochila. Y fue a partir de la semana más o menos que el disfrute fue mayor, como que lo empecé a sentir como un peregrinaje, y no solo unos días caminando. Personalmente, recomiendo un mínimo de 7-10 días.
¿Cuáles son los imprescindibles a llevar contigo para este tipo de viaje?
- Botas de senderismo, por supuesto, y testeadas antes de empezar el Camino. Unas botas nuevas pueden fastidiarte los pies y la experiencia.
- Sandalias (atadas), para las tardes o para el último trocito de Camino tras bañarte en el mar.
- Chubasquero, tanto para ti como para la mochila.
- Ropa/toalla de secado rápido.
- Un libro.
¿Cómo te orientas para seguir el Camino? ¿Llevas algún tipo de guía?
Las flechas amarillas son tu guía en el Camino, pero la señalización varía bastante de una provincia a otra, y hay veces que llevas un rato caminando y te das cuenta que nos has visto una flecha y has de decidir si seguir un poco más, o retroceder para asegurarte.
Antes de empezar el Camino me preparé un pequeño resumen sobre la rutas de cada día, km y alojamientos para saber a qué atenerme cada día, y con eso bastó. Ahora con acceso a internet, siempre puedes recurrir al móvil para ayudarte si dudas de estar siguiendo el Camino.
¿Es seguro hacer el Camino sola?
Sí. A menos que viajes en pleno invierno, siempre vas a encontrarte con peregrinos y peregrinas durante las rutas. Lamentablemente, se ha sabido de algún rapto a peregrinas, pero casos contados y esperemos no se repita.
¿Has conocido mucha gente a lo largo del Camino?
Sí. Gente de todas las edades y de procedencias diversas. Con unos caminas un rato o compartes un café por la tarde. Con otros quedas para desayunar y hace una ruta entera. Y con otros quedas fuera del Camino, viajando a su país o recibiéndolos en casa porque se han convertido en amigos.
¿Qué fue para ti lo mejor y lo peor del Camino?
Me gustó ver como se reducen las necesidades a lo básico: comer, agua, y encontrar un sitio para dormir, y que sea algo positivo, disfrutándolo cada día.
He hablado con mucha gente compartiendo experiencias del Camino, y no recuerdo haber comentado nada negativo. Pero sé que si haces un Camino con mucha gente o en la época más fuerte, hay una sensación de competición para llegar rápido al siguiente albergue y tener cama. Eso habría sido lo peor, si me hubiera tocado vivirlo.
¿Es fácil encontrar alojamiento? ¿Qué tipo de alojamiento te encuentras en el camino de Santiago?
En EL camino se pasa por ciudades, pueblos grandes, pueblos pequeños y aldeas. La oferta depende de cada sitio y en la época en la que se haga el Camino, tanto si te alojas en pensiones o hoteles o en albergues. En según qué fechas, tendrás que correr un poco para no quedarte sin cama o reservar una habitación por teléfono antes de llegar al pueblo.
¿Qué consejo darías a las personas que tengan en mente realizar el Camino por primera vez?
Si van a llevar su mochila, que saquen todo lo imprescindible, que va sumando peso. Durante el viaje podrán comprar algo si lo necesitan. Y el otro consejo es ¡que hagan el Camino!
¿Alguna anécdota divertida?
En una de las rutas me pude hacer con un palo recto, que hacía a la vez de bastón y de protección de plantas que pinchas o posibles perros. Lo llevé conmigo varios días, y le tallé unos dibujos con la navaja. En mi penúltimo día de Camino, íbamos un grupito de peregrinos por la playa y decidimos bañarnos y comer juntos en la arena. Un chico alemán mostró interés por mi bastón y decidí dárselo, a modo de testigo, y casi como algo simbólico (cosas del Camino). Al acabar de comer, recogemos y nos ponemos en marcha. Y por casualidad giro la vista atrás y veo mi palo clavado en la arena a lo lejos. El chico lo había olvidado…
¿Qué te ha parecido? ¿Te animas?
Horarios de apertura: 9:00 – 18:00
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