La particularidad del Camino Lebaniego es que, aun formando pate de la red del Camino de Santiago, tiene su propio lugar de veneración final, el monasterio de Santo Toribio de Liébana.
¿Y por qué el Camino Lebaniego forma parte del Camino de Santiago si no va a Santiago? Porque es a su vez un desvío del Camino del Norte que, cruzando Cantabria, se une al Camino Francés en la localidad de Mansilla de las Mulas. Este tramo entre el camino del Norte y el Francés se llama Camino Vadiniense.
El Camino Lebaniego es un peregrinaje corto, que te lleva desde San Vicente de la Barquera, en la costa de Cantabria, hasta el monasterio de Santo Toribio de Liébana, a los pies de los Picos de Europa en 3 o 4 etapas. Si no tienes tiempo de ir hasta Santiago, ¡llega a Santo Toribio! donde también puedes obtener el perdón eterno, según el cristianismo.
Es un Camino poco concurrido y corto, sin una gran exigencia física, pero con alguna etapa bastante larga y con tramos por carretera. Fuera de la temporada más fuerte, puede costar encontrar alojamiento, pero el recorrido y los paisajes merecen la pena.
El Camino Lebaniego se remonta a la Edad Media, cuando los peregrinos se desviaban del Camino de Santiago del Norte para visitar el monasterio de Santo Toribio y venerar el Lignum Crucis (“madera de la cruz”), el trozo más grande conocido de la cruz donde Jesús fue crucificado.
Este trozo de madera fue traído por monjes de Astorga en el siglo IX para evitar su destrucción por la invasión musulmana que iba acercándose al norte de la península. La reliquia llegó junto con los restos de Santo Toribio de Astorga, quien custodió e importó el Lignum Crucis desde Roma.
En el 1512, el monasterio de Santo Toribio recibió, de manos del papa Julio II, el privilegio de celebrar un año santo cada vez que el 16 de abril (día del nacimiento de Santo Toribio) coincidiera con domingo, convirtiéndolo en un lugar sagrado para el cristianismo. Este hecho animó más a los peregrinos para visitar el lugar, como un desvío del Camino del Norte para adorar al trozo de madera y engancharse al Camino Francés.
Hoy en día, el Camino Lebaniego sigue atrayendo tanto a devotos de todo el mundo como a quienes buscan un Camino en plena naturaleza. El recorrido combina costa, los espectaculares valles lebaniegos, el desfiladero de La Hermida y las montañas de los Picos de Europa, ¡y todo en menos de una semana!
El Camino Lebaniego transcurre Íntegramente en la provincia de Cantabria, en el Norte de España. El monasterio de Santo Toribio se encuentra a 3km del pueblo medieval de Potes, en el Valle de Liébana, rodeado de montañas.
El Camino Lebaniego empieza en el pueblo costero de San Vicente de la Barquera y termina en el monasterio de Santo Toribio localizado en el municipio de Camaleño, comarca de Liébana.
El Camino Lebaniego tiene un total de 72 km que suelen dividirse en 3 etapas de 28, 30 y 14 km, aunque existe la opción de acortar las dos primeras etapas añadiendo una noche extra.
El Camino Lebaniego es técnicamente fácil y, aunque se puede hacer en 3 etapas, las dos primeras son bastante largas (hasta 30 km) y con largos tramos de carretera, por eso muchos peregrinos añaden una noche más rebajando las distancias a unos 20 km por día.
A medida que se avanza, se van dejando los tramos por carretera y el paisaje se vuelve más montañoso, pero esto no afecta a la dificultad de la ruta.
El Camino Lebaniego es un peregrinaje muy atractivo ya que combina costa, montaña y paisajes variados en muy pocos días. Los pueblos o monumentos por los que pasa también llaman la atención del peregrino.
El inicio en San Vicente de la Barquera ya es espectacular, un pueblo costero construido en lo alto de una colina y con una perspectiva impresionante de los Picos de Europa. Dando la espalda al mar, empezamos a caminar hacia el interior de Cantabria, siguiendo el río Nansa.
Desde el pueblo de Cades, donde probablemente pases la noche, toca un tramo algo tedioso por carretera. Forma parte del Camino, cual único fin es llegar de la forma más rápida al lugar de devoción. Antes de emprender camino, visitar la ferrería de Cades, una forja hidráulica del siglo XVIII que todavía puede verse en funcionamiento.
Una vez llegues a Lafuente, despídete de la carretera y entra de nuevo en plena naturaleza. Aquí toca subir 325m para superar un collado que te separa de Cicera, una aldea pero que cuenta con albergue de peregrinos, un par de hoteles, casas rurales y restaurantes.
Y ya estás en la última etapa, probablemente la más bonita y con más naturaleza, sorteando dos collados y atravesando el desfiladero de La Hermida. A parte de los paisajes, la ruta te lleva por dos joyas de la arquitectura: Santa Maria de Lebeña, una joya del prerrománico construida en estilo mozárabe por cristianos que huyeron de territorio árabe, y Potes, capital de la comarca y uno de los pueblos más bonitos de España, repleto de rincones con encanto y construcciones medievales.
Una vez en Potes, puedes seguir 2,7 km más y llegar hasta el monasterio de Santo Toribio, fin del Camino Lebaniego, o descansar y dedicar la mañana siguiente a completar la peregrinación. Y para los que 3 o 4 días de ruta se hayan quedado cortos, tienen a los Picos de Europa a un tiro de piedra.
Podemos encontrar alojamientos fácilmente al inicio y al final del Camino Lebaniego, pero escasean en la zona de en medio. En este tramo, hay casas rurales y algún hostal, pero es complicado ajustar los kilómetros de cada etapa a conveniencia, y más aún fuera de temporada, cuando la mayoría de los alojamientos cierran. En estos casos, lo habitual es llamar a un taxi para que te acerque al siguiente alojamiento, o te lleve de vuelta al anterior y retomar la ruta en el mismo punto a la mañana siguiente.
El Camino Lebaniego puede hacerse desde principios de primavera hasta finales de otoño. El clima del atlántico es muy agradable en verano, con lluvias frecuentes y temperaturas suaves, pero cambia hacia un clima más seco y caliente a medida que llegamos al valle de Liébana. Aun siendo el norte de España, puede hacer mucho calor en julio y agosto debido a su microclima.
A parte de las temperaturas, la zona es muy popular desde la segunda mitad de julio y hasta finales de agosto, por lo que es mejor planear el Camino fuera de esas épocas. Eso te permitirá poder escoger los alojamientos que quieras ya que, en temporada alta, muchos te pedirán una estancia mínima de 2 o más noches.
Es relativamente fácil llegar a San Vicente de la Barquera. Desde los aeropuertos o estaciones de tren de Santander o Bilbao, puedes coger un autobús de la compañía ALSA hasta San Vicente.
Al final del Camino, puedes coger un autobús desde Potes con parada en Unquera, S. Vicente de la Barquera, Torrelavega o Santander.
En el caso de viajar en coche, puedes dejarlo en San Vicente y volver al acabar el camino, o llegar hasta Potes y tomar un bus hasta San Vicente, de esta forma tendrás tu coche listo al final para volver a casa o seguir explorando la zona.
En avión
Los vuelos nacionales son varios, y la frecuencia y los destinos van en aumento. Si vienes de un vuelo internacional largo, seguramente aterrices en Londres, París o Madrid. Desde ahí puedes coger un vuelo hasta el aeropuerto de Bilbao o Santander, ciudades comunicadas con San Vicente de la Barquera en autobús.
En tren
San Vicente de la Barquera está comunicada por FEVE, los trenes de vía estrecha de RENFE, con ciudades como Santander, Oviedo o Bilbao. Son unos trenes pequeños, con unos tramos de ruta muy bonitos, pero la frecuencia es baja, por lo que hay que mirar bien el horario antes de hacer planes.
En bus
El auge de compañías de bus con rutas internacionales conecta Bilbao, Santander o Llanes con el resto de España o Europa. Las compañías más grandes son ALSA, Eurolines, Flix, Ouibus, …
Horarios de apertura: 9:00 – 18:00
Horarios de apertura: 9:00 – 18:00