Ruta autoguiada por la Vía Ciclista de Adriano

Dirígete por tu cuenta a Whitehaven, un atractivo y tranquilo pueblo costero. Antiguamente era un puerto romano que llegó a convertirse en uno de los más activos de Inglaterra, con vínculos comerciales con América. Aprovecha el día de llegada para pasear por la orilla del mar.

Después del desayuno, un taxi te llevará a ti y a tu bicicleta hasta Ravenglass, al sur de Whitehaven. Ravensglass es un pueblecito costero que merece una visita. Puedes dejar las bicicletas bajo llave y dedicar unas 2 horas a conocerlo.

La via ciclista del muro de Adriano, comienza en la casa de baños romanos Glannoventa, a unos 500 metros del pueblo. La ruta pasa por la estación de Ravenglass y cruza la ría por el puente del ferrocarril. A partir de aquí, pedalearás por carreteras tranquilas y caminos sin asfaltar a través de los pueblos de Holmrook, Drigg y Seascale. Más adelante se une a la ruta de la Coast to Coast, que te llevará hasta Whitehaven.

Dirígete hacia el norte pasando por Workington hasta Maryport. Sube a la torre de observación para disfrutar de una maravillosa vista y continúa pedaleando hasta Silloth, un clásico pueblo costero inglés en la costa de Solway.

Silloth cuenta con una extensa zona verde en el centro, y un paseo marítimo donde puede dar un agradable paseo contemplando el Solway Firth y las vistas sobre el agua hasta Escocia.

Saliendo de Silloth, te desviarás hacia el Este, bordeando el fiordo de Solway,  que te separa de Escocia. En el lado de Cumbria, gran parte de la costa está nombrada como Área de Extraordinaria Belleza Natural. La ruta te hará bordear las marismas antes de dirigirte hacia el pueblo de Bowness on Solway. En esta zona, el muro era originalmente de barro y no se conserva mucho. Sin embargo, el pueblo está situado en el fuerte romano llamado Maia, que fue el segundo más grande del Muro de Adriano. A continuación se pasa por Port Carlisle. Desde aquí te encuentras rápidamente con el río Eden antes de pedalear hacia Carlisle, ciudad fronteriza que ha cambiado de nacionalidad unas cuantas veces. Si tienes tiempo, merece la pena visitar el castillo y el museo. Si no, te aconsejamos dar un paseo por la catedral.

Después de Carlisle, sal del valle de Eden y adéntrate en The Pennines. Por el camino puedes hacer un descanso en Bampton. Pasando junto al muro y junto Banks, se llega al gran fuerte romano de Birdoswald. Después de cruzar el río Irthing, viene un nuevo carril bici sin tráfico que va junto a la vía férrea, y empieza la cuesta más empinada de toda la ruta hasta Greenhead Bank. Como recompensa, visita el Museo del Ejército Romano en la cima (consejo: compre un billete combinado, para entrar mañana también en Vindolanda). Es hora de descender, este trayecto te llevará finalmente a Haltwhistle, considerada la ciudad más céntrica de las islas británicas.

El recorrido de hoy es más corto. 11 km después de Haltwhistle, hay una subida empinada hacia el Muro de Adriano. Puedes optar por desviarte un poco hacia el pub y el centro de visitantes del Parque Nacional de Northumberland o llegar directamente a los restos del museo Vindoland, el emplazamiento más impresionante del Muro de Adriano. Este remoto puesto avanzado del Imperio Romano ha sido objeto de extensas excavaciones. El museo recientemente renovado alberga un gran número de reliquias.

Pasado Vindolana, la carretera está más o menos asfaltada y tras 800 metros de subida, se llega al punto más alto. Ahora te esperan casi 10 km de bajada a orillas del río Tyne hasta Hexham, probablemente la ciudad más bonita del viaje.

Al poco de salir de Hexham y tras cruzar el río Tyne, llegarás a Corbridge. La ruta continúa tranquilamente hacia la Tynemouth. Tras varios km de carretera tranquila, el camino se vuelve más concurrido, hasta llegar a la ribera de Newcastle, con siete puentes en el espacio de un kilómetro y medio. Para acabar, cruza el río en ferry y recorre el ultimo km y medio, hasta el fuerte romano de Arbeia South Shields, el final oficial de la Vía Ciclista del Muro de  Adriano. Desde aquí, regresa al ferry y dirígete a Tynemouth para dejar las bicicletas y registrarse en tu alojamiento. 

Tu viaje terminará tras el desayuno.

Existe un tren subterraneo hasta la estación central de Newcastle, desde donde se puede acceder a la red nacional de ferrocarril.